En el principio… bueno, unos 380.000 años después del Big Bang, para ser exactos. Un equipo de científicos ha logrado recrear el HeH+, el primer enlace químico del universo, en un laboratorio. ¡Y la noticia es que los resultados no cuadran con nuestras teorías sobre el universo temprano! ¿Cómo es posible? Sigue leyendo para descubrirlo.

La formación del HeH+, una molécula compuesta por un átomo de helio y un protón (un núcleo de hidrógeno), se consideraba crucial para el enfriamiento del universo primitivo, permitiendo la formación de las primeras estrellas. Los modelos teóricos sugerían que a bajas temperaturas la reacción de formación del HeH+ se ralentizaría considerablemente. Sin embargo, el experimento del Instituto Max Planck de Física Nuclear en Alemania reveló una sorpresa: la reacción no se ralentiza como se predijo. De hecho, se mantiene prácticamente constante, lo que los científicos denominan una “reacción sin barrera”. Esto altera significativamente nuestra comprensión de la época oscura cósmica, ese periodo antes del encendido de las primeras estrellas.

Este descubrimiento plantea importantes interrogantes sobre los modelos cosmológicos actuales. Si la reacción de creación y destrucción del HeH+ no se comporta como se preveía, entonces muchos otros aspectos de la formación estelar temprana podrían necesitar revisión. Es como descubrir una pieza fundamental de un rompecabezas que no encaja con el resto de la imagen: tenemos que replantearnos el dibujo completo. ¿Cuáles serán las consecuencias de este hallazgo para nuestra comprensión de los orígenes del universo? El futuro dirá si debemos reescribir algunos de los capítulos más antiguos de la historia del cosmos.

En resumen, la recreación de la primera molécula del universo ha puesto en jaque algunas teorías establecidas. Este experimento no solo nos acerca a comprender los misterios del Big Bang, sino que también resalta la importancia de la investigación experimental para verificar y refinar nuestros modelos científicos. La ciencia es un proceso continuo de descubrimiento y revisión, y esta es una prueba más de su fascinante naturaleza.