¿Alguna vez has imaginado que unas marcas en huesos antiguos podrían desvelar secretos culturales de nuestros ancestros neandertales? Pues, sorprendentemente, eso es precisamente lo que un reciente estudio en Israel ha sacado a la luz, revelando un fascinante mosaico de culturas prehistóricas.
Hace unos 50,000 a 60,000 años, dos grupos de neandertales vivieron en las cavidades de Amud y Kebara, separados por unos 70 kilómetros en el actual norte de Israel. A pesar de su proximidad, un análisis profundo de los huesos de presas descuartizadas ha mostrado prácticas asombrosamente diferentes. Ambos grupos empleaban herramientas de piedra similares y se alimentaban de presas parecidas. Sin embargo, las marcas de corte en los restos óseos cuentan una historia distinta. En Amud, los huesos revelan un patrón denso de cortes entrecruzados, lo que sugiere complejidad y vigor en el procesamiento de la carne. Por otro lado, los huesos de Kebara presentan cortes más lineales y suaves, indicando posiblemente una ejecución más organizada y menos personas involucradas.
Estas diferencias, dicen los investigadores, no se deben a los tipos de huesos o las herramientas usadas, sino que reflejan tradiciones culturales únicas de cada grupo. Por ejemplo, alrededor del 40% de los huesos en Amud muestran signos de quemado, posiblemente debido a la cocción o eliminación del fuego, en contraste con menos del 10% en Kebara. La naturaleza del manejo del fuego y la preparación de alimentos sugiere variabilidad tecnológica y cultural que va más allá de lo puramente funcional.
Estas revelaciones no solo nos ofrecen una ventana al pasado, sino que también nos invitan a reflexionar sobre la diversidad intrínseca de los neandertales. Este estudio subraya que, al igual que en las sociedades modernas, la diversidad cultural estaba presente entre los neandertales. Esta variabilidad podría haber jugado un rol en su riqueza cultural y tecnológica, un legado que perdura en la búsqueda por entender las raíces culturales de la humanidad.
En conclusión, los hallazgos de Amud y Kebara nos recuerdan que la historia humana está llena de matices y que, al indagar en estas diferencias, nos acercamos a entender un poco mejor sobre nosotros mismos y nuestras variadas culturas humanas. Abrimos una puerta a preguntas sobre cómo la tradición y la cultura influyen en nuestras vidas, incluso en los momentos más básicos de subsistencia.
