A todos nos ha pasado: intentamos pegar algo en una superficie mojada y ¡zas!, el pegamento falla. El agua, enemiga número uno de muchos adhesivos, parece tener una respuesta en el mundo animal, específicamente en las rémoras, esos peces que se pegan a tiburones, delfines y mantarrayas como si fueran imanes. Un grupo de científicos del MIT se inspiró en esta asombrosa habilidad y decidió investigar a fondo cómo lo hacen estas criaturas marinas.
Resulta que el disco adhesivo de la rémora, una adaptación evolutiva de su aleta dorsal, es una maravilla de la ingeniería natural. Esta estructura ósea, que se apoya en una espina intercalcárica, cuenta con unas placas óseas llamadas lamelas, repletas de diminutas espinas curvas llamadas espínulas. Estas espínulas funcionan como un velcro natural, enganchándose a la superficie del animal al que se adhiere. Pero eso no es todo. El disco está cubierto de compartimentos blandos con aberturas superiores. Al presionarse contra la superficie, el agua sale de los compartimentos, creando una zona de baja presión que, junto con el agarre mecánico de las espínulas, genera una adhesión superfuerte. Es como una combinación de ventosa y velcro, pero con una eficiencia que deja boquiabierto a cualquier ingeniero.
Para soltarse, la rémora simplemente levanta su disco, permitiendo que el agua vuelva a entrar en los compartimentos y liberar la succión. ¡Simple y efectivo! Este descubrimiento abre la puerta a la creación de nuevos adhesivos que funcionen bajo el agua, con aplicaciones en áreas como la medicina, la robótica e incluso la exploración submarina. Imaginen cirugías subacuáticas con materiales que se adhieran perfectamente a tejidos húmedos o robots exploradores que se aferren a rocas bajo el agua. Las posibilidades son infinitas, y todo gracias a la observación de la naturaleza y a la genialidad de la evolución.
En conclusión, el estudio del disco adhesivo de la rémora nos demuestra, una vez más, el poder de la biomímesis. La naturaleza está llena de soluciones ingeniosas a problemas complejos, y solo necesitamos observar con atención para encontrar inspiración e innovación. Este pequeño pez, con su peculiar forma de adherirse, nos enseña que la solución a muchos de nuestros desafíos podría estar escondida a simple vista, o mejor dicho, ¡bajo las olas!





