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El ‘contrato del siglo’ ferroviario que enfrenta a España y Francia en Bélgica

Imaginen un acuerdo que podría alcanzar los 3,400 millones de euros, suficiente para renovar hasta la mitad de la flota ferroviaria de un país europeo. Eso es exactamente lo que está en juego en Bélgica, donde la española CAF y la francesa Alstom se disputan lo que muchos han llamado ‘el contrato del siglo’. La belga SNCB, equivalente a la Renfe de ese país, tenía prácticamente decidido adjudicar este mega-contrato a la empresa vasca, pero la aparición de Alstom con un recurso legal ha puesto todo en suspenso. Lo que parecía un trámite se ha convertido en un pulso internacional que mezcla negocios, política y hasta derechos humanos.

La controversia comenzó cuando Alstom, la compañía francesa, presentó un recurso argumentando que su oferta era 107 millones de euros más económica que la de CAF. Además, prometían emplear mano de obra belga en sus plantas de Brujas y Charleroi, donde trabajan alrededor de 1,500 personas. Sin embargo, la regulación europea impide considerar factores de presencia local en la contratación pública, lo que complica este argumento. No es la primera vez que este contrato genera polémica: en abril, el Consejo de Estado de Bélgica ya había suspendido la adjudicación inicial por considerar que el proceso carecía de transparencia total.

Pero el asunto se complica aún más con la participación de CAF en un proyecto de metro ligero en Jerusalén que se extiende hasta territorios palestinos ocupados por Israel. Organizaciones como Amnistía Internacional han presionado para que la empresa española abandone este proyecto, y el tribunal belga solicitó a CAF que demostrara que sus actividades cumplen con el derecho internacional y los derechos humanos. Curiosamente, el propio ministro belga de Movilidad y Clima ha restado importancia a este tema, señalando que Bélgica mantiene relaciones diplomáticas y económicas con Israel.

Más allá del precio inicial, SNCB defiende su elección de CAF argumentando que los trenes españoles consumen menos energía, lo que supondría un ahorro significativo con el paso del tiempo. Según sus informes, el material rodante de CAF supera en un 4% los criterios técnicos de Alstom, considerando no solo el precio de venta sino también el consumo energético, las condiciones del contrato y el calendario de entregas. Este ‘contrato del siglo’ demuestra que en los negocios internacionales modernos, el precio inicial ya no es el único factor decisivo: la eficiencia energética, el compromiso con los derechos humanos y las consideraciones técnicas a largo plazo están ganando cada vez más peso en las decisiones de contratación pública.