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innovación

Bloc: el ladrillo inteligente que refresca el ambiente usando la sabiduría del botijo

Imagina caminar por la ciudad en un día caluroso y encontrar un rincón donde la temperatura baja casi 10 grados sin necesidad de aire acondicionado. Esto es lo que promete Bloc, un innovador ladrillo de terracota que combina tecnología moderna con un principio milenario: el mismo que hace funcionar al tradicional botijo español. En un mundo donde las olas de calor se vuelven cada vez más frecuentes e intensas, soluciones como esta podrían transformar cómo experimentamos los espacios urbanos, ofreciendo alivio térmico de manera sostenible y accesible.

La magia de Bloc reside en su diseño inteligente. Creado por los diseñadores suizos Luc Schweizer y Andrin Stocker de la Escuela Superior de las Artes de Zúrich, este ladrillo de terracota impreso en 3D incorpora tanto un túnel de viento como un depósito de agua. El funcionamiento es fascinantemente simple: los ladrillos cerámicos porosos absorben el agua, que luego se evapora al exterior, llevándose consigo parte de la energía térmica del ambiente. Para potenciar este efecto, han añadido un ventilador que impulsa el aire a través del túnel formado por los ladrillos, expulsando aire más fresco al espacio circundante. Lo mejor es que todo el sistema se alimenta mediante paneles solares, haciendo que el proceso sea completamente autosuficiente desde el punto de vista energético.

Lo más interesante es que esta tecnología no es completamente nueva, sino que perfecciona un principio que conocemos desde hace siglos. El botijo, ese recipiente de arcilla que mantiene el agua fresca, funciona exactamente con el mismo mecanismo de refrigeración por evaporación. La innovación de Bloc está en escalar esta tecnología para enfriar espacios completos en lugar de solo el contenido de un recipiente. Cada estructura modular puede crecer tanto en altura como en anchura, permitiendo crear desde sombrillas con bancos refrescantes hasta marquesinas para paradas de autobús o incluso integrarse en fachadas de edificios para enfriar grandes espacios interiores.

Aunque actualmente Bloc es solo un prototipo que se está probando en entornos urbanos reales, representa una tendencia alentadora: el redescubrimiento de soluciones ancestrales para problemas modernos. Como curiosidad, en India ya están experimentando con ‘flautas de arcilla’ que utilizan el mismo principio y logran reducciones de temperatura similares. El principal desafío que enfrentan estos sistemas es su dependencia del agua -Bloc necesita aproximadamente 50 litros en días calurosos- pero la posibilidad de combinar agua de lluvia con suministro municipal hace que la solución sea viable. En un futuro donde el cambio climático exige respuestas creativas, tal vez la respuesta no esté en inventar algo completamente nuevo, sino en mejorar lo que ya sabemos que funciona.