En la era digital, los pagos sin contacto se han convertido en una comodidad que muchos disfrutamos por su rapidez y facilidad. Sin embargo, esta tecnología también ha abierto la puerta a nuevas formas de fraude que pueden pasar desapercibidas hasta que es demasiado tarde. A continuación, te explicamos cómo funcionan estos fraudes y, lo más importante, cómo puedes protegerte.
Los fraudes con tarjetas sin contacto operan principalmente de dos maneras. La primera implica el robo físico de la cartera, donde los ladrones realizan pequeñas transacciones que no requieren PIN, aprovechando el límite de pagos sin contacto. La segunda técnica es más sigilosa: los delincuentes utilizan terminales portátiles en lugares concurridos para intentar cobrar pequeñas cantidades sin que la víctima se dé cuenta. Aunque la tasa de éxito de estos métodos es baja, debido a la necesidad de proximidad y la interferencia de otros objetos, el riesgo no es inexistente.
Para minimizar estos riesgos, considera usar carteras con bloqueo RFID, que evitan la lectura no autorizada de tus tarjetas. Además, activa las notificaciones para todas las transacciones en tu aplicación bancaria, lo que te permitirá detectar cualquier actividad sospechosa inmediatamente. En caso de fraude, contacta a tu banco sin demora para impugnar los cargos. Recuerda, la mayoría de los smartphones modernos también ofrecen pagos sin contacto, pero requieren que el dispositivo esté desbloqueado, añadiendo una capa adicional de seguridad.
En conclusión, mientras los pagos sin contacto ofrecen una conveniencia innegable, es crucial estar informado y tomar medidas proactivas para proteger nuestras finanzas. La tecnología avanza, y con ella, las estrategias de los estafadores, pero con un poco de precaución, podemos disfrutar de los beneficios sin caer en sus trampas.





