¿Te acuerdas de cuando las consolas llenaban las estanterías con sus propios catálogos y características únicas? Los noventa fueron tiempos dorados para los nostálgicos de los videojuegos con unas 32 consolas disponibles, pero esos tiempos están cambiando. Sony, un gigante reconocido en este sector, parece estar dando pasos firmes hacia un nuevo horizonte centrado más en los servicios digitales y la comunidad que en su hardware tradicional.
Son Sadahiko Hayakawa, vicepresidente senior de Sony, ha confirmado esta transformación, mencionando un cambio en el modelo de negocio de la compañía. Sony está colocando ahora su foco en la creación de contenido y en la expansión de la interacción, en lugar de priorizar la fabricación de nuevos dispositivos de hardware. Juegos, música y cine actualmente representan el 60% de sus beneficios, y para potenciar estas áreas, han realizado movimientos estratégicos como la compra de Bandai Namco, que ofrece franquicias altamente rentables como Dragon Ball.
Mientras tanto, se han dado indicios claros de esta nueva dirección, como el lanzamiento de ‘Helldivers 2’ en Xbox Series X y S tras su exclusivo debut en la PS5, así como ‘LEGO Horizon Adventures’ en Nintendo Switch. Además, hay rumoreadas ofertas laborales en Playstation que sugieren la intención de migrar juegos a PC en un plazo de seis meses desde su lanzamiento en consola, lo que amplía el alcance de su contenido más allá del hardware de Sony.
Este viraje no es único de Sony. Microsoft también está pisando fuerte en este ámbito, promoviendo juegos emblemáticos en plataformas múltiples y dejándonos con el mensaje “juega donde quieras”. Esto indica que el futuro no solo podría estar en la nube, sino que las consolas tradicionales como las conocemos podrían enfrentar una transformación radical. Por su parte, Nintendo sigue con su propia fórmula probada sin cambios significativos, resistiendo con su estilo único.
La pregunta que todos se hacen es: ¿quién fabricará las consolas en el futuro? La respuesta podría ser nadie. Las fronteras del hardware dedicado podrían desdibujarse en favor de servicios y plataformas que prioricen la amplia accesibilidad del contenido. Mientras el futuro se avecina, parece que las pantallas nunca han estado más presentes, pero la verdadera intriga es quiénes se adaptarán mejor a estos nuevos tiempos y cómo marcarán la siguiente era del entretenimiento interactivo.





