Oye, ¿sabías que Recall, esa nueva IA de Microsoft, podría estar echándole un ojo a tus cosas privadas? Según algunas investigaciones, esta herramienta, que presume de ser una ‘memoria fotográfica’, anda guardando contraseñas, números de tarjetas de crédito e incluso información bancaria. ¡Ay, nanita! Parece que sus filtros de privacidad no están funcionando como deberían.
Resulta que en varias pruebas realizadas, Recall capturó sin pena ni gloria datos delicados como números de tarjetas y contraseñas. El problema no es que la IA no funcione bien, sino que sus filtros se activan solo con ciertas palabras clave, como ‘contraseña’ o ‘número de tarjeta’. Si eres listo y escribes tus datos sin usar esas palabras, ¡zas!, Recall los captura igual. Es como jugar al gato y al ratón, pero en este caso, el ratón (nuestros datos) está en grave peligro. Incluso, si intentas esconder información sensible como la foto de tu pasaporte, pero dejas una parte visible, ¡cuidado! Recall podría agarrar la información parcial. La cosa se pone peor si pensamos en cómo se puede acceder a estas capturas: un PIN sencillo de Windows Hello. Aunque Microsoft asegura que el acceso está ligado al dispositivo, la idea de que alguien pueda acceder a tus datos con tu PIN no suena muy tranquilizador, ¿o sí?
Lo más preocupante es que Microsoft todavía no ha dicho esta boca es mía sobre el tema. Recall está en fase de prueba, así que es probable que se arreglen estos fallos. Pero mientras tanto, la pregunta en el aire es: ¿qué tan confiables son las IAs que manejan información tan sensible? ¿Estamos seguros de que nuestras contraseñas y datos bancarios están a salvo? Es importante estar alerta a este tipo de noticias y considerar las implicaciones para la privacidad en un mundo cada vez más digitalizado. Quizá sea momento de replantear cómo usamos estas herramientas y qué tipo de información compartimos con ellas. ¡Cuida tus datos, amigo!
En fin, la historia de Recall nos recuerda lo importante que es estar al tanto de las implicaciones de la tecnología en nuestra vida privada. Mientras esperamos las actualizaciones, lo mejor es ser precavidos y proteger nuestra información lo más posible.





