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Tecnología

La pregunta no es si habrá otro apagón de AWS, sino cuándo y cómo nos afectará el próximo

Ayer vivimos uno de esos días que nos recuerdan lo frágil que puede ser nuestro mundo digital. Mientras millones de personas intentaban comenzar su jornada, una caída masiva en Amazon Web Services paralizó buena parte de internet. Desde herramientas de IA hasta juegos como Fortnite y Roblox, pasando por plataformas de streaming y aplicaciones de todo tipo, el panorama fue realmente desolador. Lo más curioso -y preocupante- es que casi al mismo tiempo, los sistemas de pago en España también colapsaron, dejando a muchas personas sin acceso a su dinero. Estas situaciones no son nuevas, y todo indica que volverán a ocurrir. La verdadera pregunta es: ¿estamos preparados para el próximo apagón digital?

La dependencia de la nube se ha vuelto tan natural que casi ni la notamos, hasta que falla. Amazon Web Services domina el mercado con un 31% de participación, seguido por Microsoft Azure con 20% y Google Cloud con 12%. Cuando uno de estos gigantes tropieza, el efecto dominó es inmediato y global. El incidente de ayer comenzó en el centro de datos de Virginia del Norte alrededor de las 9 de la mañana hora española, y en cuestión de minutos, DownDetector mostraba un panorama desolador con decenas de servicios populares reportando problemas. Paralelamente, en España, los sistemas de Redsys -el principal proveedor de servicios de pago- también fallaron, afectando datáfonos, pagos por Bizum e incluso cajeros automáticos. Aunque la empresa aseguró que no estaba relacionado con el fallo de AWS, la coincidencia fue demasiado llamativa.

La historia se repite con preocupante frecuencia. En septiembre de 2015, AWS sufrió otro apagón que afectó a Netflix, Reddit y Tinder. Hace dos años, Redsys experimentó una caída similar. El año pasado fue Crowdstrike, usando la nube de Microsoft, la que paralizó aeropuertos y hospitales. Estos eventos nos enseñan lecciones valiosas sobre la necesidad de diversificar. Con el dinero, es recomendable no guardar todo en el mismo banco y mantener algo de efectivo para emergencias. Con las aplicaciones y servicios digitales, ocurre lo mismo: no conviene poner todos los huevos en la misma canasta. Cuando WhatsApp, Instagram y Facebook cayeron en 2021, Telegram ganó 70 millones de usuarios de la noche a la mañana, demostrando la importancia de tener alternativas.

Estos apagones digitales nos obligan a reflexionar sobre nuestra creciente dependencia tecnológica. No se trata de rechazar el progreso, sino de adoptar una mentalidad más resiliente. La nube ha traído beneficios increíbles, pero también nos ha hecho vulnerables. Mientras empresas como Amazon, Microsoft y Google sigan dominando el mercado, estos incidentes seguirán teniendo un impacto masivo. La solución no está en volver al pasado, sino en construir un futuro digital más diversificado y preparado para los inevitables tropiezos. Después de todo, en un mundo hiperconectado, la verdadera fortaleza no está en evitar las caídas, sino en saber levantarse rápido cuando ocurren.