¿Alguna vez te has preguntado qué pasa cuando la ciencia se encuentra con el humor? No, no es el inicio de un chiste, es la fascinante historia de Freya McGhee. Esta comediante londinense ha logrado lo impensable: hacer que las carreras STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas) no solo sean comprensibles, sino ¡divertidísimas! Si pensabas que la química era cosa seria, prepárate para reír a carcajadas con su peculiar enfoque.
La travesía de Freya no fue un camino recto. Inicialmente, una prometedora estudiante de química en la universidad de Brighton, se dio cuenta de que le gustaba más aprender sobre ciencia que aplicarla. Su tesis doctoral, un verdadero trabalenguas sobre nitróxido de hierro, terminó evaporada en el laboratorio. Literalmente. Fue un “¡ya no sé qué hacer!” clarísimo. Pero, como buena creativa, encontró la luz al final del túnel en el stand-up comedy. Al principio, era un reto monumental lograr que el público no científico se riera con la ciencia; había que explicar demasiado y el chiste perdía impulso. El giro maestro llegó cuando descubrió el poder de un buen PowerPoint. “Si solo ponía la parte de ciencia en un PowerPoint, era mucho más fácil para la gente entenderlo”, recuerda Freya. ¡Eureka! Sus presentaciones ahora parecen una clase avanzada de ciencias de secundaria, pero con el maestro más chistoso que puedas imaginar.
Con esta fórmula mágica, Freya encontró su nicho. Empezó a llevar sus chistes científicos a festivales como el Fringe de Edimburgo y, junto con una amiga matemática, creó “Comedians in STEM”, noches dedicadas a comediantes con formación científica. Rápidamente, su ingenio trascendió las fronteras del escenario y sus monólogos se volvieron virales en Instagram, acumulando millones de reproducciones. Su chiste sobre las valoraciones en gráficas, donde el público “se las pierde”, ha sido visto más de 10 millones de veces. Pero la peculiaridad de su público es que, en lugar de abuchearla si un chiste no es preciso, ¡la corrigen! Como ella misma dice, “si lo haces delante de un público científico y no está bien, no te abuchean, te corrigen. Es muy intenso”. Esto la ha llevado a mantener sus chistes más generales, para que no solo los superdotados los entiendan, evitando que otros campos científicos la “pinchen” con datos aún más específicos.
A pesar de su éxito en la comedia, Freya equilibra su pasión con un trabajo en ventas en el sector de la construcción, demostrando que no hay límites cuando se trata de seguir tus sueños. Su próximo proyecto es un libro educativo sobre la tabla periódica para jóvenes, donde cada elemento es un personaje con sus propias características. Con una visión clara de construir un show completo y salir de gira, Freya McGhee no solo nos hace reír, sino que inspira a una nueva generación a ver la ciencia desde una perspectiva fresca y divertida. Es la prueba viviente de que, con creatividad y un buen sentido del humor, incluso la química puede ser ¡un chiste de diez!





