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innovación

Inteligencia Artificial: desafíos y oportunidades en el horizonte

La inteligencia artificial sigue evolucionando y transformando el mundo tal como lo conocemos. Esta semana, la mirada se centra en OpenAI, donde Sam Altman, el CEO, ha tomado un giro inesperado al proponer la relajación de las restricciones de ChatGPT para incluir conversaciones de índole erótica con usuarios verificados. Muchos podrían cuestionar esta decisión a primera vista, pero desde un punto de vista empresarial, parece un movimiento estratégico para competir con Grok de xAI y capturar el codiciado mercado de los AI companions.

Con 800 millones de usuarios semanales de ChatGPT, el margen de error es mínimo para implementar algo tan delicado. Esto nos lleva a reflexionar sobre los riesgos potenciales, especialmente la posible dependencia emocional hacia estos compañeros virtuales, un terreno aún desconocido y no explorado. Además, se introduce un término de Cory Doctorow que cobra relevancia: ‘enshittification’, que describe un ciclo donde las plataformas digitales inicialmente centran su atención en los usuarios, pero con el tiempo se enfocan en extraer el máximo valor posible hasta que el producto se degrada. ¿Es este el camino que la inteligencia artificial podría tomar?

Mientras Occidente debate estas implicancias, China avanza a paso firme con su iniciativa InclusionAI, especialmente con Ring-1T, un modelo de pensamiento que ha demostrado ser casi tan eficiente como las soluciones ofrecidas por gigantes como Google y OpenAI. Esto muestra que la carrera por la supremacía de la inteligencia artificial está lejos de terminar, con nuevos competidores surgiendo constantemente.

Finalmente, en este panorama de cambio constante, también es importante destacar un estudio reciente del MIT que sugiere que los modelos de inteligencia artificial más pequeños y eficientes podrían ofrecer desempeños sobresalientes en el futuro. En un mundo donde las tecnologías avanzan a una velocidad que desafía nuestra capacidad de asimilación, el reto es observar y cuestionar con un escepticismo saludable. Nuestra misión es clara: no permitir que el futuro se convierta en una distopía ‘enshittificada’.