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La UE quiere que las empresas de IA etiqueten los deepfakes para proteger a los usuarios

Imagina que navegas por internet y te encuentras con un video increíblemente realista de tu político favorito diciendo algo que nunca diría, o una imagen de un evento que nunca ocurrió. Esta es la realidad que enfrentamos con el auge de los deepfakes, y la Unión Europea está tomando cartas en el asunto para proteger a los ciudadanos del engaño digital. La Comisión Europea ha iniciado un importante movimiento para crear un código de conducta que obligue a las empresas de inteligencia artificial a etiquetar claramente todo contenido generado por IA, garantizando que los usuarios puedan distinguir fácilmente entre lo real y lo artificial.

En los últimos meses, hemos visto cómo los deepfakes y las imágenes generadas por IA han aparecido incluso en campañas electorales de países como Irlanda y Holanda, generando preocupaciones legítimas sobre la seguridad de nuestras democracias. La actual Ley de IA ya establece que textos, videos e imágenes creados por inteligencia artificial deben marcarse como tales, pero la Comisión Europea quiere ir más allá. Buscan desarrollar un código de conducta que ayude a los proveedores de esta tecnología a cumplir con los requisitos de transparencia de manera más efectiva y uniforme. Como señaló Marco Leto Barone, Director de Políticas de ITI Europe, las técnicas para marcar contenido generado por IA todavía están en pañales y tienen limitaciones significativas que necesitan ser abordadas.

Grandes empresas tecnológicas como OpenAI, Microsoft, Google y Meta ya han comenzado a tomar medidas. Por ejemplo, Sora 2, el nuevo generador de video de OpenAI, incluye marcas de agua visibles en sus creaciones, aunque ya existen sitios web diseñados específicamente para eliminarlas. Estas compañías se han unido en la Coalition for Content Provenance and Authenticity (C2PA), trabajando en desarrollar técnicas que inserten información sobre el origen del contenido directamente en sus metadatos. Sin embargo, un estudio reciente durante las elecciones neerlandesas reveló que ninguno de los contenidos generados por IA incluía indicaciones específicas sobre su origen, demostrando la necesidad urgente de un sistema más robusto y obligatorio.

La batalla por la autenticidad digital apenas comienza, y mientras la tecnología avanza a pasos agigantados, las regulaciones intentan mantenerse al día. La iniciativa de la UE representa un paso crucial hacia un internet más transparente y seguro, donde los usuarios puedan confiar en lo que ven y escuchan. El desafío será encontrar el equilibrio perfecto entre innovación tecnológica y protección ciudadana, creando sistemas de etiquetado que sean tanto efectivos como difíciles de eludir. Al final, se trata de preservar la verdad en la era digital y proteger nuestras democracias de las amenazas invisibles que acechan en cada rincón de la web.